Todos los fantasmas que habitan la noche negra de mis palabras
La cima agreste del mundo, que ladra
La mirada lejana y nublada, perturbadora avanzada de seres que mutan y se remontan alimañas
Venís a buscar lo que siempre fue nuestro
Lo que nunca supimos
Si estáis aquí no tenemos nada
Aquí están los duelos de los muertos sin alma, velatorios de espejos sin cara
Indisciplina de cristales rotos y algoritmos vacíos de esperanza
Tenaz sumisión de albedrío
Futilidad de la abundancia
Indisposición de la alegría
Estúpida pasión ultra procesada
Los ecos de las disputas necesarias y los llantos de plañideras que enraízan las laderas de pies desnudos, de luces costeras que se apagan hasta heladas regiones que habita la nada.
La nada nos queda
Ni la palabra que nadie escucha